El hombre inventó el número
para pasar de lo concreto a
lo abstracto.
Aquí la ruta del número...
Hace 1.000.000 de años, el hombre cuenta rudimentariamente y conoce los conceptos de
1, 2, ninguno o mucho. Después habrá más orden.
Con el tiempo aprende a concretar los números. Hace una muesca en su garrote y cuenta lo que caza diariamente. Un prehistórico balance.
De este modo sabe que tres más tres, son seis. O sea el doble del concepto "tres". Un triunfo de la abstracción. La suma empieza a ser real.
Las paredes de su caverna deparan al hombre primitivo un descubrimiento memorable. Se
limpia las manos en las roca y estampa dedos y palmas.
Nace el sistema decimal. La marca de una mano muestra cinco dedos. Y piensa: " Una
mano, cinco dedos. Dos manos, diez dedos". Esto lo hará muy optimista.
La humanidad se organiza. Los egipcios demuestran las proporciones del triángulo rectángulo y usan el cálculo en la arquitectura y el campo.
Los babilonios cambian de posición los signos y, al repetirlos, estos signos pueden significar
100, 1000, ó 1.000.000. Una base para multiplicar.
En la India, los estudiosos de las matemáticas se perfeccionan. En su serie del 1 al 9 hay algo que les quita el sueño. Nace el 0 (cero) y quedan tranquilos.
Mientras tanto, los griegos pasan al frente. PITÁGORAS, emplea la geometría y el célebre Teorema de los catetos hace su positiva aparición.
Los romanos siguen utilizando sus números. Pero no les sirven de mucho. Los ábacos, para realizar ciertas operaciones, los sacan del difícil apuro.
Los árabes se llevan el cero a su país y un gran sabio llamado AL CVARIZMI desarrolla los conceptos de las matemáticas. Los números ya hablan. Este sabio árabe publica un libro "Aldzber". Logaritmo y álgebra aparecen como términos "matemáticas" por primera vez. Son
¿cuentas claras?...
Los moros, atraviesan África llevando el famoso libro hasta España. El álgebra se enseña en las universidades. Es el reinado de la mágica ecuación. De todas partes llegan a esas universidades gran cantidad de estudiosos. Se inician en el misterio de esa ciencia que llamarán
oriental.
En la actualidad, increíbles cálculos numéricos y coeficientes atómicos permiten al hombre explicar el Universo. Y viajar por el espacio exterior
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