La conducta que se considera normal
es aquella que permite al hombre
asimilar las exigencias y los retos
que impone la sociedad, pero
manteniendo un equilibrio en las
respuestas y su manera de actuar
durante la relación con el medio...
No obstante, dice el psicólogo Pedro Posligua Balseca, cuando alguien padece un trastorno de la personalidad muestra rasgos de comportamientos, emociones y pensamientos prolongados y exagerados que chocan con la forma de conducta de las demás personas donde habita o con la cultura a la que pertenece. El desarrollo de un comportamiento anormal tiene dos vertientes. La primera se relaciona con una predisposición genética, es decir, un gran porcentaje de individuos proviene de familias con rasgos agresivos, narcisistas, violentos o antisociales, entre otros, y la segunda constituye el ambiente, sin que exista una situación hereditaria.
Los psiquiatras Thomas P. Detre y Henry G. Jarecky, en su texto sobre terapéutica psiquiátrica, manifiestan que las distintas formas de conducta se desarrollan en épocas tempranas de la vida del individuo, y que existen al menos 10 rasgos: Dependiente: la persona depende demasiado de otras personas para satisfacción personal; Fronterizo: impulsivo e inestable anímicamente de la propia imagen de su persona; Evitación: conducta muy tímida, inadecuada y sensible al rechazo; Antisocial: tiene un patrón prolongado de manipulación; Histriónico: persona actúa de manera muy emocional; Narcisista: sentido exagerado de egocentrismo; Paranoica: desconfiado y recelo de los demás; Esquizoide: indiferencia hacia los demás; Esquizotípico: dificultad con las relaciones interpersonales; Límites: emociones turbulentas o inestables.
ANTE LA MENOR DUDA CONSULTE CON UN PROFESIONAL DE SU CONFIANZA**
Fuente: www.larevista.ec
*********************************************************************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario