jueves, 11 de diciembre de 2014

LA HERRAMIENTA DEL ALFARERO

El principio del torno reside
en el uso de la fuerza  centrífuga
para modelar una masa de barro
colocada en su centro o una pieza de metal...



                                                                                           


          El alfarero sustituye así su propia fuerza muscular por energía centrífuga, limitándose a guiar el trabajo con su mano. Para obtener esta fuerza, debe imprimir una velocidad de por lo menos cien vueltas por minuto a una rueda que gira sobre un eje.
          Se necesitan ruedas pesadas que, una vez que han alcanzado esa velocidad, sean capaces de mantenerla por el mayor tiempo posible. Los primeros tornos sumerios tenían un armazón de madera de los que no queda prácticamente ningún  vestigio.
          En cambio, se han conservado hasta hoy día algunas ruedas de arcilla, en parte por su peso. En todo caso, se trata de tornos simples accionados manualmente. Un desarrollo posterior, que tuvo lugar en el Cercano Oriente en el IV o III milenio consistente en accionar el torno con el pie, permitió liberar ambas manos para trabajar.
          Este procedimiento se usa todavía en la alfarería en Siria, Palestina, Irak y en la cuenca del Indo. 



Fuente: "Los grandes inventos" Gran Enciclopedia Larousse S.A.
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