caminan desde que tenían un año,
y recorren alrededor de una centena
de metros diarios, pero esto no es novedad,
sin embargo, para obtener beneficios se deberá
dar buenos pasos...
Recuerde caminar vigorosamente, esto significa 6 kilómetros en una hora, sin prisa y sin forzar su propia capacidad. Mantenga el paso normal, en caso de sentir malestar o dificultad, disminuya el paso e inclínese un poco hacia delante mientras se le pasa.
Mire siempre el horizonte, con el mentón ligeramente levantado. Mantenga los hombros hacia atrás; así respira con mayor facilidad. La caminata se hace más confortable y placentera. El movimiento de los brazos influye en el esfuerzo y la velocidad de los pasos. No los deje caer a los lados del cuerpo como si estuvieran inertes. Tampoco exagere su balanceo. Llévelos al mismo ritmo de las piernas, manteniendo los hombros relajados.
Trate de soltarse y olvidar que está practicando un ejercicio, lo ideal es caminar en forma espontánea y con un buen ritmo respiratorio, inhalando y exhalando el aire en tres tiempos. También caminar, ayuda a controlar el apetito y eleva el metabolismo que, mientras más alto es, hace que el organismo queme más calorías.
Fuente: Revista Saber Vivir*
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