"No dejar para mañana,
lo que puedas hacer hoy"...
Y es que postergar es un
mal hábito que impedirá
alcanzar los objetivos...
Algunas de las cosas que llevan a postergar las cosas son:
Perfeccionismo: el pensamiento "debemos intentar hacer siempre las cosas de manera perfecta", hace que intentemos alcanzar las estrellas para acabar agarrando aire. Unas aspiraciones demasiado elevadas pueden elevar también el nivel de estrés, bloqueando a las personas.
Falta de recompensas: la mayor fuerza motivadora que podemos tener como ser humano, es la sensación de entusiasmo y satisfacción en lo que hacemos. Si te sientes recompensado por tu esfuerzo, esto motivará a intensificar más tu trabajo. Por el contrario, si nada de lo que haces te parece suficiente, tu vida se convertirá en una rutina agotadora.
Afirmaciones hipotéticas tipo " debería...": este tipo de afirmaciones suelen hacerte sentir culpable haciendo que abandones la tarea.
Falta de asertividad: las personas que postergan temen expresar sus sentimientos negativos de forma clara y directa evitando así conflictos y negando su enfado por pensar que no está bien sentir rabia.
Sensibilidad coercitiva: la persona que posterga piensa que la gente actúa de forma autoritaria y le exige cosas poco razonables. De esta forma se muestra obstinado y rehusa aquello que le piden como un modo de rebelión. La tendencia a postergar puede ser una forma indirecta de expresar su enfado con la persona que le está fastidiando.
Falta de deseos: cinco veces se aplazan las decisiones porque simplemente no desea hacer aquello que aplaza pero no eres consciente de ello. Lo único que saben es que existe una tarea que sienten, vagamente, que deben realizar, pero que les resulta tremendamente incómoda de afrontar y así acabar decidiendo hacer cualquier otra cosa.
Fuente: www.webconsultas.com
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