Internacional señala: " Establecer
nombres para los fenómenos
atmosféricos, ya que es más fácil
para los medios de comunicación
a la hora de publicar noticias acerca
de ellos"...
El uso de nombres cortos son mucho más efectivo porque provocan menos errores que la identificación con la latitud y longitud del fenómeno en cuestión. Esto es especialmente importante a la hora de intercambiar información sobre la tormenta entre cientos de estaciones dispersas, bases costeras y buques en el mar. Durante muchos siglos, el bautismo de los huracanes quedaba determinado por el santo del día en que manifestaban su poder de destrucción en una zona concreta. Así, en 1825, el huracán de Santa Ana, sería recordado por azotar Puerto Rico el 26 de julio. Luego se nombraba a las tormentas de forma arbitraria, en orden alfabético, sin importar que fueran nombres de varones o de mujeres, y siempre se usaban nombres bíblicos.
Pero a mediados del siglo diecinueve, se decidió identificar a las tormentas sólo con nombres de mujer. Con ello se abandonó el orden. El meterólogo australiano Clement L. Wragge fue el primero en referirse a huracanes utilizando nombres propios de mujeres de origen bíblico, también. En 1953, en Estados Unidos, también se decidió identificar a las tormentas con nombre de mujer. En 1979, comenzaron a incluirse de nuevo nombres de varones sólo para las tormentas del Pacífico Norte Oriental. La unificación vendría un año más tarde, en 1980, cuando la Organización Meteorológica Mundial y el Servicio Meteorológico de Estados Unidos, decidieron alternar entre nombres de ambos sexos para identificar a las tormentas. Las listas tienen un nombre para cada letra del alfabeto, a excepción de las siguientes letras: Q, U, X, Y y Z.
Fuente: www.telesurtv.net
*********************************************************************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario