el de la " paradoja francesa"
para obtener los beneficios
preventivos del vino tinto.
Un hombre sano puede beber
dos o tres copas en las comidas,
y una mujer la mitad.
¿Por qué esa diferencia?
Para el doctor Renaud, se supone que la mujer tiene menos masa corporal y realiza tareas de menor esfuerzo físico. Pese a que su respuesta es anticuada, y hasta " machista", el concepto continúa en vigor en el mundo científico, aunque algunos investigadores no hacen distingos.
En la reunión de la Mesa Escandinava del Alcohol, efectuada hace poco en Estocolmo, casi un centenar de médicos trató las relaciones entre mujer y alcohol. La primera conclusión explica mejor los motivos del menor consumo.
Ellas son más sensibles que los varones a los efectos del etanol, sobre todo por su metabolismo hepático y por una absorción más veloz del alcohol. Respecto a las cardiopatías, los eectos preventivos del vino y la cantidad a tomar son iguales a las del hombre. Similar sería su protección contra el cáncer de mamas.
Sí está claro que las premenopáusicas deben bajar al mínimo la ingesta de bebidas alcohólicas, y evitarlo las embarazadas.
También se polemizó sobre la conveniencia de recomendar el consumo de un par de copitas de vino por día ( o la cantidad equivalente en otras bebidas). Los suecos consideraron que el alcohol es adictivo y no puede aconsejarse. Otros sostienen que todo depende de la cultura y las tradiciones de los pueblos, de los controles efectivos sobre la venta y del mensaje que se transmite al consumidor.
En pocas palabras, lo mejor es que ambos sexos beban productos de buena calidad y con moderación.
SI MANEJA NO BEBA. PROHIBIDA SU VENTA A MENORES DE 18 AÑOS. Y BEBER CON MODERACIÓN.
Fuente: Fernando Vidal Buzzi./ revista Nueva.
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