martes, 2 de abril de 2013

EL PINTOR QUE ELIGIÓ UN PUEBLO PERDIDO.

Consiguió como pintor,
lo que consiguen algunas
figuras televisivas o
cantantes populares.
Tuvo ese raro coraje cuando
abrió su fundación
en un pueblo desconocido.

                                                                     
                                                                                   RAÚL SOLDI Pintor


          En 1942, un amigo lo invitó a una quinta en Glew, y Raúl Soldi creyó que era por Jujuy, y después se dió cuenta que era acá nomás, en la provincia de Buenos Aires. Le encantó  el lugar; su gente, el pueblito con volantas, sulquis, se enamoró de ese paisaje de mansa sencillez. A los pocos días regresó con sus lápices y sus pinturas. 
     Allí descubrió una pequeña iglesia que estaba toda blanca, sin imágenes; habló con el cura párroco para llenarla de santos y vírgenes, en las paredes; algunas vecinas se quejaron al ver que Soldi pintaba la iglesia porque decían que - las iglesias no se pintan-.
     El sueldo que cobraba era de una docena de huevos y una gallina, cada verano que iba a Glew. Allí levantó una fundación de nombre Santa Ana. En un pequeño edificio del pueblo dejó muchas obras de arte que él pintó y generalmente son cuadros de mujeres, que su mano sola las pinta, dijo en una ocasión, con una sonrisa en sus labios.
     Raúl Soldi vivió en Buenos Aires entre los años 1905 y  1995. Estudió en la Academia de Brera, en Milán. En 1929 ganó el primer premio en Trieste. Su obra se expuso en Roma, París, Nueva York, Brooklyn y la Bienal de Venecia.
     Durante 15 años alternó la pintura con la escenografía cinematográfica. Entre las distinciones de su obra madura figuran el Premio Nacional de Pintura, el Premio Palanza, las menciones de honor en las bienales de México y San Pablo.
     En la galería de Arte Sagrado Contemporáneo del Vaticano está su Santa Ana y la Virgen. Realizó las cúpulas de la Galería Santa Fe, del Teatro Colón, las cerámicas de la Catedral de Campana,  y los frescos de la capilla de Santa Ana de Glew.
     En su fundación además de exponer más de 60 cuadros, también sirve para muchas actividades al pueblo.
     Raúl Soldi,  es apodado " el pintor del sosiego", por sentirse un poco rechazado de la gente que vive apurada y distanciada, de la misma gente.

Fuente: Rodolfo Braceli./ Luces del siglo.
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