de desarmonía entre lo que
se siente, lo que se piensa y
lo que ocurre...
Se ha perdido la noción del lógico transcurrir del tiempo y se quiere todo para "ayer". Por eso, lo primero a tener en cuenta es aprender a conectarse con "ese instante", percatarse que no tenemos "mañana", "ayer" o "dentro de cinco minutos".
Sólo tenemos este instante y de la manera que lo vivamos, será lo que venga después, lo que ocurrirá en el futuro.
Un ejercicio práctico para conectarse con el presente, es hacer cada mañana, al despertarse, abrir la ventana, mirar el cielo y respirar profundo. Elevar los brazos hacia el cielo, saludando al sol, mientras se siente que la energía de sus rayos envuelven el cuerpo desde la cabeza, brindando energía, luz, amor y creatividad. Cerrar los ojos y volver a respirar profundamente la energía dorada. Retenerla unos instantes y luego exhalar la oscuridad.
El ser consciente de cada momento, disfrutar por más simple que sea la acción cotidiana que se lleve a cabo, y cerrar los ojos para hacer las respiraciones, ayudarán a centrarse en uno mismo y en todo lo maravilloso que se tiene en el presente.
Fuente: Mónica Eyherabide. Revista Buenas Ideas*
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