El poder de la palabra es tremendo.
Aunque muchas personas digan que
una imagen puede valer más, y en
ciertos casos es verdad, no hay que
olvidar que cuanto sale de nuestra
boca tiene un valor......
Así, lo más pequeño e insignificante puede hacer un gran daño, dependiendo cuáles sean las circunstancias de la comunicación. En numerosas ocasiones se oye el célebre dicho de que "una imagen vale más que mil palabras". Sin embargo, una palabra puede contener en sí misma un poder enorme y, acompañada de más palabras, puede llegar a ser incluso demoledora. Vamos a ver cómo se puede utilizar el poder de la palabra para que se ponga de nuestro lado, para hacer daño o simplemente conseguir algo de nuestro interlocutor, aunque sea hacerle feliz.
La fuerza de las palabras es tal, que no son necesarias demasiadas para causar una profunda alegría o una honda tristeza. Muchas veces basta una frase que valide una emoción que sentimos o un párrafo corto que ataque nuestro punto más débil. ¿Quién no tiene un amigo tóxico o manipulador que sabe cómo usar la palabra para sacar de nosotros cuanto quiere, aunque nosotros no lo deseemos?¿A quién no le han dicho nunca palabras llenas de ira, resentimiento, dolor, rechazo o tristeza?. Nos guste o no, la palabra es la forma más usada, por los humanos para el acto de la comunicación. Además, es un intercambio que deja huellas.
¿Quién de nosotros no recuerda alguna de esas frases que le han causado un gran dolor o le ha alegrado el día? No obstante, no sólo el poder de la palabra es grande cuando pretende herir. También sirve para describir sentimientos como el placer, la bondad, el amor o el agradecimiento. De hecho, hemos sido capaces de crear algunas de las palabras más bonitas del mundo para hablar de aquello que nos agrada: belleza, amistad, solidaridad o los encantos que nos rodean.
Fuente: lamenteesmaravillosa.com
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