Grecia y Roma, se creía que
el esmalte de color rosa,
combinado con otra prenda
del mismo color, auguraba
la muerte y desolación,
invocando a las bestias del
mismo averno...
Las damas de la alta sociedad empezaron a emplear diversos tipos de productos para pintar su cuerpo. Eran principalmente cosméticos rudimentarios que estaban hecho a base de productos naturales. En este caso el esmalte de uñas surgió en la antigua realeza egipcia, cerca del año 3500 A.C, las mujeres egipcias aplicaban un tinte negro sobre sus uñas para así pintarlas. Los colores más brillantes eran asignados a las familias reales y a las reinas de Egipto.
Cleopatra prefería el rojo oscuro y Nefertiti el tono de esmalte de color rubí. Los egipcios obtenían los colores deseados a partir del siguiente proceso: usaban Henna pintando sus uñas naranjas, posteriormente se tornarían rojo oscuro o marrón. En la Dinastía Ming el esmalte de uñas evolucionó y comenzaron a utilizar más diversidad de productos como cera de abeja, clara de huevo, gelatina, tintes vegetales y goma arábiga. En el siglo XX los esmaltes de uñas retomaron importancia con el uso de soluciones coloridas que a pesar de todo no duraban más de unas cuantas horas. En sí el color de uñas moderno surge posteriormente al descubrimiento y perfeccionamiento de pintura para coches. En 1917 la empresa Cutex, toma una idea de esta pintura y crea esmaltes para uñas de colores brillantes. En 1920 la primera Dama Eleanor Rooselvelt fue la primera en usar colores sólidos en sus uñas y comenzó el boom de los esmaltes.
Fuente: es.wikipedia.org
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