son versiones distintas del reuma,
una patología dolorosa que merma
la calidad de vida.
Pero por suerte, hay hábitos que pueden
ayudar a convivir con el dolor, sin padecer
más de lo necesario...
Los ejercicios de estiramiento como los de fortalecimiento y de postura resultan adecuados para mantener el cartílago en buen estado, aumentar la movilidad de una articulación y reforzar los músculos circundantes de manera que puedan amortiguar mejor los impactos.
El ejercicio se debe compensar con el reposo de las articulaciones dolorosas. Se recomienda utilizar sillas con el respaldo recto, colchones duros o tableros de madera bajo el colchón. Es indispensable mantener las actividades diarias habituales, desempeñar un papel activo e independiente en el seno de la familia y seguir trabajando.
Los fármacos son el aspecto menos importante en el tratamiento global: un analgésico como el parasetamol, puede ser suficiente. Un antiinflamatorio como la aspirina o el ibuprofeno pueden disminuir el dolor y la inflamación.
La cirugía puede ser útil cuando el dolor persiste a pesar de los demás tratamientos. Algunas articulaciones, sobre todo la cadera y la rodilla, pueden sustituirse por una prótesis, que por lo general da muy buenos resultados. Por lo tanto cuando un movimiento se ve limitado puede considerarse la posibilidad de una prótesis de la articulación.
ANTE LA MENOR DUDA, CONSULTE CON SU MÉDICO DE CONFIANZA.
Fuente: Revista SABER VIVIR. Alberto Traversa (España).
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