domingo, 17 de marzo de 2013

DE ESO NO SE HABLA

Es un tema del que la mayoría
de las personas, prefieren no hablar.
Y estamos refiriéndonos al viaje
que no tiene retorno: la muerte.
Este tema genera muchas angustias
principalmente entre los chicos,
y los adultos a veces, no saben
como responder  a esas cuestiones
de saber qué decir y qué no decir.

                                                                             


          Por más que lo neguemos, que le demos vueltas al asunto, que miremos para otro lado, que nos retorzamos de miedo, de angustia, de desconsuelo, la muerte es lo único seguro que nos espera, antes o después, en este camino sembrado de incógnitas que es la vida humana.
          Sin embargo, y a pesar de que si hay algo inexorable en la vida, eso es la muerte, la nuestra es una cultura negadora. Porque la mayoría de las personas evita a toda costa la mínima reflexión acerca de este acontecimiento, que tiene un enorme peso emocional y consecuencias definitivas.
          A continuación pondremos algunos consejos de cómo llevar el proceso de duelo:
Alentar al chico a que hable de sus sentimientos, por ejemplo: enojo, tristeza u otro sentimiento.
No alejarlo del dolor, salvo que esté expuesto a manifestaciones violentas de rabia y dolor de otras personas.
Ayudarlo a manifestar su ira ( corriendo, gritando), sin olvidar que aún es un niño y necesita seguir recibiendo pautas y límites que fortalezcan su crecimiento y le devuelvan seguridad.
Tranquilizarlo y contenerlo cuando exprese sus temores.
Comprender que su manera de expresar su sufrimiento no suele a través de un estado de tristeza y abatimiento, como en el caso del adulto, sino que, mayormente, puede haber un importante grado de hiperactividad y ansiedad.
 Posponer, en lo posible, grandes cambios o decisiones, como mudanzas, cambios de escuela, o cualquier otro motivo.
  Dar aviso de lo sucedido a los ámbitos en los que el niño se desarrolla, por ejemplo, la escuela.

Cómo hablar con los chicos de este tema:

Utilizar un lenguaje comprensible para referirse al hecho.
Utilizar comparaciones con otras pérdidas de seres vivos externos a la familia inmediata, animales o personas.
Conservar la calma y aprender a escucharlos atentamente.
Ser directo y afectuoso.
Ser completamente honesto con ellos. No apartarlos de la realidad que están viviendo con la intención de ahorrarles sufrimiento.
Promover también la expresión de sentimientos positivos.
Explicarles que llevar a cabo alguna actividad que les genere placer no es ser desleales a su ser querido y que, así como hay un tiempo para llorar, también hay un tiempo para reir.

Fuente: www.coadargentina.com.ar
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