sábado, 1 de diciembre de 2012

NOCHE DE PAZ, NOCHE DE AMOR

                                     


                                                                                               

" Todo es calma en derredor". Se trata del villancico más conocido y cantado en todo el mundo, cuyo origen se remonta al año 1818 en una pequeña aldea de Austria.


          En el poblado de Oberndorf, en las cercanías de Salzburgo, se iba a celebrar  como de costumbre a partir del momento en el que las campanas de la modesta iglesia del villoro llamaran a misa... pero el padre Joseph Mohr de 26 años de la iglesia de San Nicolás, estaba muy preocupado al descubrir que el órgano estaba seriamente dañado y por más que se presionara con toda la fuerza sobre los pedales lo que emitía era más bien un rezongo que melodiosos sonidos.
          El padre Joseph  era hijo ilegítimo de una modista y de un soldado, tenía  cierto talento para la música. Su tenacidad y buen gusto para el canto hicieron que un clérigo lo interesara para ingresar al seminario y así fue que en 1815 Joseph Mohr era ordenado sacerdote y dos años más tarde se lo destinó a la iglesia de Oberndorf.
          El joven sacerdote se encerró en su habitación y tomando su guitarra se propuso crear un villancico apropiado para ese instrumento. Para inspirarse pensó en una visita realizada hacía poco para bendecir el nacimiento de un bebé y su mente se remontó a otro humilde nacimiento. Esa vez en un pesebre de hace más de mil y más años.
          Terminado el poema, fue en busca de otro amigo músico, Franz Xaver Gruber. Franz se sintió impactado por los versos  que había escrito Mohr y de inmediato se sentó al piano. A partir de los tres acordes básicos del repertorio musical, compuso una melodía sencilla y evocadora. La llevó ya casi de noche al padre Mohr. No había tiempo para ensayar. Se decidió entonces que Mohr tocaría la guitarra y cantaría la canción, mientras que su amigo Gruber lo acompañaría con su voz de bajo... al final de cada estrofa el coro se les uniría para entonar el estribillo.
          La fama del villancico fue creciendo cada vez más y así se llega a la primera publicación de la partitura como una canción tirolesa. Hoy todo ha sido debidamente comprobado y en Austria se han erigido monumentos a Mohr y Gruber por su magnífico legado de amor. Su villancico es cantado en los cinco continentes y ha sido traducido a todos los idiomas desde el alemán hasta el japonés, el suahilí y el afrikans como mensaje de Amor y Paz.

    Noche de paz, noche de amor
todo es calma en derredor.
Entre los astros que expanden su luz
brilla anunciando al Niño Jesús
brilla la estrella de paz.                                                                           

                                                                                                       
Noche de unión, noche de paz
Jesús nace en un portal.

Llene la tierra la paz del Señor.
Llene las almas la gracia de Dios
porque nació el Redentor. (bis)

Noche de paz, noche de amor,
todo canta en derredor.
Clara se escucha la voz celestial
llamando al hombre al pobre portal
Dios nos ofrece su amor. (bis)

Fuente: María Inés Bonorino / Diario Popular

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