lunes, 12 de febrero de 2018

LA PÉRDIDA DE MASA MUSCULAR EN LA TERCERA EDAD

Está claro que existen marcadas
diferencias entre la forma corporal
de un organismo joven y el de un
anciano.
Este cambio, que varía con el paso
de los años a un ritmo diferente
según las personas, está influenciado
por factores genéticos y ambientales...


                                     Resultado de imagen para imagenes de adultos mayores haciendo actividad fisica                                                     

          La edad, la situación fisiológica o patológica, el consumo de medicamentos, la alimentación y la ejercitación física representan también otros factores que determinan el paso hacia la vejez. Es así que una persona sedentaria puede haber perdido a los 80 años entre un 30 y un 40% de la masa muscular que tenía cuando era un joven de treinta. Esta disminución de masa muscular hace que se pierda fuerza, por lo que en las personas mayores incide directamente en la reducción de la movilidad y de la capacidad para realizar las tareas cotidianas.
          En realidad, sobre todo en personas que no practican ningún tipo de ejercitación en forma periódica, la condición física comienza a deteriorarse a partir de los 30 años, cuando empieza a disminuir el número y el grosor de las fibras musculares. Esta reducción de la masa muscular también implica la disminución del agua corporal y el consiguiente incremento del riesgo de deshidratación, además de una reducción de la masa ósea que acrecienta la posibilidad de fracturas y de contraer enfermedades como la osteoporosis. Además, en la tercera edad aumenta significativamente, la masa grasa respecto de la etapa adulta, de manera especial aquella que envuelve a las vísceras (riñones o hígado), que pasa del 18 al 36 % en los varones y del 33 al 45% en las mujeres.


Fuente: revista "Familia Cooperativa" #387
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