Los colores tienen un efecto patente
en nuestras emociones. Cuando se
dice que ven al mundo "color rosa"
seguro que quien lo dice es una
persona optimista...
La percepción de cada uno sobre el estado de ánimo que provoca un color puede ir influenciado por muchos factores: la ideología, los hábitos, las relaciones, o la cultura religiosa. En 1810 Johann Wolfgang von Goethe, científico alemán, publicó su teoría del color, en la que intentó deducir leyes de armonía e interpretación de los colores. Hizo una profunda investigación sobre como nos afectan los colores y el fenómeno subjetivo de la visión de cada uno.
Muchos de los residentes en países nórdicos como Alemania, Holanda o Noruega, sufren el llamado "Trastorno Afectivo Estacional", un trastorno creado por un desequilibrio bioquímico en el hipotálamo por la falta de luz solar. Son personas que sufren trastornos de sueño y depresión. Si es de las personas que elige el rojo, es extrovertidas, de fuerte carácter. El amarillo quien lo elige, es optimista. El azul quien lo elige, inspira seguridad y tranquilidad.
El verde inspira a las personas a tener una mente abierta y un espíritu renovador. El naranja estimula la actividad y la diversión. El blanco, son personas de la perfección, sencillas y sinceras. Y quien elige el negro, por lo general son personas solitarias, con deseos ocultos y misteriosos.
Fuente: befullness.com
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