vivimos es uno de los factores
que más impacta en la
epidemia de sobrepeso y obesidad.
De hecho se lo conoce como
"ambiente obesogénico" y
algunos de sus componentes son
la industria alimentaria: con su
oferta de alimentos con exceso de
grasas, azúcares y sodio, y la industria
del confort y el entretenimiento, que
incita al sedentarismo...
Un grupo de científicos de la Universidad de Cornell, Nueva York, investigaron el impacto de los lugares donde la gente come habitualmente y la cantidad de calorías que consume. Luego de seleccionar dos grupos de voluntarios, convirtieron la mitad de un local de comida rápida muy conocido en Illinois, en un establecimiento de "alimentación refinada" e invitaron a comer a los participantes en uno y otro lugar.
El estudio, publicado en Psychological Reports, reveló que en el ambiente relajado los participantes consumieron un promedio de 175 calorías menos. Para los expertos, el ambiente estimulante y energético favorece la comida en exceso porque alienta a comer más rápido y no permite registrar a tiempo la saciedad. Pero esto no fue todo. La segunda parte del estudio permitió que los clientes del local de comida rápida decidieran en qué sector querían comer: en el área habitual o en la refinada.
A partir de esto los investigadores registraron el tiempo que duró la comida, el pedido realizado, las calorías ingeridas y pidieron a los comensales que calificaran la calidad de los alimentos y de la experiencia que había vivido. La sorpresa fue total cuando las personas del área refinada ordenaron, en promedio, más variedad de preparaciones que las del sector normal (muchos incluyeron postre, por ejemplo) y aún así consumieron menos calorías. Además, a pesar de comer menos cantidad total, calificaron a la comida y a la experiencia como "más agradable" en comparación con el otro grupo.
Fuente: Revista "Vivir Mejor" del doctor Cormillot.
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