y todos lo hemos sentido, ya sea
como algo fugaz o como furia
total, el enojo es una emoción
humana totalmente normal y
por lo general, saludable...
No obstante, cuando perdemos el control de esta emoción y se vuelve destructiva, puede ocasionar muchos problemas en el trabajo, en las relaciones personales y en la calidad general de vida. Puede hacerlo sentir como si estuviera a merced de una emoción impredecible y poderosa. Cuando una persona se enoja su frecuencia cardíaca y presión arterial se elevan y lo mismo sucede con su nivel de hormonas de energía, adrenalina y noradrenalina.
El enojo puede ser causado por sucesos externos o internos: jefes, compañeros de trabajo, un embotellamiento en el tránsito, un vuelo cancelado o el enojo puede ser por problemas personales como estar preocupado. La forma natural e instintiva de expresar el enojo es responder de manera agresiva. Por otro lado, no podemos atacar físicamente a cada persona u objeto que nos irrita o molesta. Las leyes, las normas sociales y el sentido común imponen límites respecto de cuán lejos podemos permitir que nos lleve nuestro enojo.
Las tres reacciones principales son expresar, reprimir y calmarse. Si siente que su ira está realmente fuera de control, si está afectando sus relaciones y partes importantes de su vida, puede considerar la asesoría para aprender a manejarla mejor. Un psicólogo u otro profesional de la salud mental autorizado para ejercer, puede trabajar con la persona del enojo, en el desarrollo de varias técnicas para centrar su pensamiento y su conducta para bien de ella y de los demás.
Fuente: www.apa.org/centro de apoyo por Charles Spielberger PhD de la Universidad del Sur de Florida en Tampa y a Jerry Deffenbacher PhD de la Universidad del Estado de Colorado en Ft. Collins Colorado (psicólogo)
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