martes, 30 de junio de 2020

HABLEMOS DE..." EL CHISME, ¿POR QUÉ HABLAMOS DE LOS OTROS?

Nada peor que ser el protagonista
de un chisme que irá pasando de 
boca en boca, escondiéndose en la
clandestinidad, y que irá variando
su contenido según los agregados
que le haga cada uno de sus 
receptores....



                                 5 modalidades de chisme, el mal uso de la palabra                                                       

          Y es que poco le importa a quien lo difunde, el impacto que pueda tener sobre la "víctima " del rumor, aunque lo más probable es que ésta nunca se entere. El chisme es tan antiguo como el mundo, y hasta el filósofo griego Epícteto, se ocupó de él dando un sabio consejo: "Si te vienen a decir que alguno ha hablado mal de ti, no te empeñes en negar lo que ha dicho; responde solamente que no sabe tus otros vicios, y que de conocerlos, hubiera hablado mucho más"
          Pedro Horvat, médico, psicoanalista y miembro titular de la Asociación Psicoanalística Argentina, se refirió al placer que provoca el chisme. "En primer término, uno muy infantil: el del niño "voyeur" que espía la intimidad de sus padres y se entera de cosas. En segundo lugar, colocarse en el puesto del saber. "Yo tengo acceso a lo que el resto ignora", explicó.
          Revelar y compartir supuestas intimidades de otros, tiene además otros sentidos: permite desidealizar, pues ricos, famosos y poderosos tienen finalmente las mismas pasiones y debilidades que el resto de los humanos, añadió el doctor Horvat. "También deja un lugar para la destrucción envidiosa: "Ah, no era tan bueno..."indicó.
          El profesional sostuvo también que los famosos son idealizados y envidiados, por eso su intimidad resulta tan atractiva. Esto es aprovechado por algunos como truco publicitario, revelando o permitiendo que se conozcan "accidentalmente" detalles de su vida privada. Entonces, por qué nos atrae tanto hablar del otro? Es que el otro nuestro semejante, nunca está excluido del hablar cotidiano. Y el chisme siempre necesita a un tercero ausente y perjudicado.
          Si nos pusiéramos meticulosos, podríamos ver que la circulación del chisme, comienza con un acuerdo, con una pequeña mascarada que pone en juego la intención de inmovilizar su carrera: "júrame por lo que más quieras, que lo que te cuento, no va a salir de tu boca", que parezca un secreto.  El chisme no existe fuera de la vida social, porque depende de la presencia de otro para seguir existiendo, de la complicidad del otro, porque es gregario, necesita testigos.
          Pero se sabe que tarde o temprano quien recibe una noticia o se entera de algún dato que puede transformarse en murmuración, arderá en ganas de descoser la boca y dejarlo escapar. Pareciera que tarde o temprano, la ley de lo sumergido es el reflotamiento. Sobre todo en lo que concierne a las cosas del decir, somos dueños de nuestros silencios pero esclavos de nuestras palabras.



Fuente: infobae.com
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