En el año 2016 el Banco Central Argentino
dirigido en aquel año por Federico
Sturzenegger rechazó una oferta para
comenzar a introducir billetes de plástico,
un salto a nivel de higiene y salud, pero
también un ahorro....
¿Un billete que no se rompa?¿Un peso que se puede lavar?...En Argentina, donde los billetes pasan de mano en mano a un ritmo muy superior al de la mayoría de los países, el peso es cualquier cosa, menos limpio.
Nos lavamos las manos obsesivamente y el alcohol en gel es nuestro mejor amigo, pero en cuanto metemos las manos en el bolsillo o la billetera, buena parte de ese esfuerzo se destruye, a menos que el billete sea de plástico.
Australia, país pionero en la materia, al igual que Uruguay y Paraguay, que dentro de unos años habrán abandonado los billetes de papel. Lo primero que se advierte cuando se tiene un dólar australiano en las manos es que la textura es muy diferente, el billete en general mucho más limpio y la posibilidad de que se rompa, es casi inexistente, como también se dificulta la falsificación.
Las bacterias resistentes a los antibióticos que pueden provocar infecciones de sangre crónicas, del hígado o respiratorias, microbios y varios virus de la gripe, capaces de sobrevivir hasta 17 días en el billete de papel.
"Es posible que se manipule billetes y luego comer o tocar el pasamanos o algún picaporte" advirtió el infectólogo Manolis Angelakis, que se dedicó a estudiar la suciedad del dinero. El dólar, hecho en un papel mucho más sólido y durable que el peso, es sin embargo de los billetes más sucios: la combinación de algodón e hilos de lino genera un entorno ideal para que las bacterias se adhieran al billete.
Se estima, en cambio, que el billete de plástico es hasta un 75% más limpio que el de papel. Se lo puede rociar con alcohol en gel, agua y jabón o lavandina.
dólar australiano
Fuente: Sebastián Fest//Infobae Económico
*********************************************************************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario