relata que en tiempos precolombinos
visitantes de tribus indígenas en el
noroeste argentino, regenteadas por
los Incas, presididas por el Curaca,
jefe de las tribus, que bajaban desde
el departamento de Cochinoca a
ciento cincuenta kilómetros más o menos....
El fin era bañarse en las aguas sagradas, valíendose de la red caminera, Camino del Inca, para lograr bienestar para el cuerpo. Posteriormente, fueron los conquistadores españoles cuando arribaron a la zona, que la tomaron como referencia y la bautizaron con el nombre de Termas de Reyes.
Ahora a tan solo 19 m de la capital llegan viajeros que buscan, como los antiguos pueblos originarios, baños de naturaleza y de aguas termales. Termas de Reyes está en un paraje con río, valles y aguas termales a más de 40°C.
La armonía del paisaje junto a la experiencia de sumergirse en el agua dormida bajo el vapor, sigue atrayendo como hace siglos, aunque ahora, claro suma opciones de alojamiento, piscinas y miradores.
Además de las aguas termales los viajeros buscan disfrutar de la impotente vista de las montañas, y por qué no, una cena en un hotel que al verlo da la impresión de ser un castillo. Y además el horizonte de los valles de altura, revestidos por su coraza verde bordeando el río.
Durante el camino, el aire aparenta ser más puro, ideal para disfrutar del paisaje de bosques. Allí el único ruido que asoma es el de las aguas. En el complejo turístico Termas de Reyes, cuando golpea el sol, resaltan cabañas blancas con tejas coloradas, que cuentan con asadores, quinchos, piscinas y una proveduría .
"La mayoría llega por lo que les cuentan, vienen de pasada y se quedan. A los visitantes les gusta por la naturaleza, porque están al aire libre", expresó la encargada del establecimiento M.J. Heredia.
Fuente: lanación.com.ar
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