de asesinatos o abusos a menores hace
que la sociedad se plantee en voz alta
por qué existe este tipo de personas.
¿Nacen o se crean?....
El doctor Adolf Tobeña, catedrático de Psiquiatría y autor del libro "Neurología de la maldad: mentes predadoras y perversas", es tajante: " ya conocemos la cara de la maldad y no está relacionada con ninguna enfermedad, sino a cómo tenemos organizado el cerebro". Según el doctor Adolf Tobeña, a partir de los tres años se puede comprobar por el comportamiento si un niño expresa actitudes que se podrían calificar de malvadas.
"Los estudios señalan que entre el 1 y el 1,5% de los niños son "malos" de nacimientos. Es decir, existe la predisposición al mal", añade el doctor. "Si ves que un niño disfruta maltratar a sus mascotas, se debe vigilar de cerca", advierte. La propensión al mal de estos niños está en el modo como está conformado su cerebro. "Se han detectado áreas del cerebro en las que se observa que les funciona de una manera peculiar", explica el psiquiatra.
También se ha constatado que gente "buena", pasaba a ser egoísta después de una lesión en esas mismas áreas del cerebro. Obviamente el entorno, la familia, la educación, en definitiva el fluir de la vida de una persona desde su infancia hasta la edad adulta es lo que conforma el carácter emocional y el pensamiento del individuo. Es decir, la parte genética o fisiológica del cerebro no son ( por suerte) definitorias en las actitudes futuras de una persona ante el "bien o el mal".
El 1% de las personas adultas son propensas a la maldad. Y hasta un 50% de esa maldad puede tener un componente genético, según sostiene el doctor Tobeña. Explica que hay decenas de genes que se han detectado que ayudan a crear ese perfil. Estas personas técnicamente se les llama psicópatas, aunque este término se asocia equivocadamente a una enfermedad. Los psicópatas tienen unas características determinadas:
# Son extremadamente egoístas. Son personas que funcionan con criterios utilitarios y los demás les dan igual.
#Distinguen perfectamente entre el bien y el mal. No están enfermos. De hecho, suelen ser inteligentes y manipuladores. Descubren las debilidades de los otros y las aprovechan.
#Se lo pasan bien haciendo sufrir a los demás. Les gusta la violencia.
#Son insensibles a los signos de dolor de los otros.
#No tienen miedo. Por tanto, tampoco les preocupa que puedan recibir castigo.
#Carecen de remordimiento o sentimiento de culpa.
Fuente: www.sabervivirtv.com
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