miércoles, 20 de marzo de 2019

EL TREN MÁS PELIGROSO DE ECUADOR

Puntiagudas rocas que casi rozan
la ventana del tren por un lado y 
profundos abismos al otro, dibujan
la ruta de la Nariz del Diablo en
Ecuador, acompañada de paisajes,
donde el sol y las nubes disputan
un protagonismo dignos de cuentos
fantásticos....



                                 Resultado de imagen para imagenes del ferrocarril nariz del diablo                                                         

          Con una inversión de 7 millones de dólares y en 6 meses de trabajo, Ecuador rehabilitó 1.350 metros de la vía férrea que recorre el corazón de los Andes por la ruta Alausí y Simbambe, donde el diablo dejó olvidada su nariz. A unos 270 km de Quito, desde Alausí, una ciudad arropada en una espesa neblina, una locomotora a diesel y electricidad, y 3 coches con turistas, a 20 km por hora o la mitad en ciertos tramos, el tren cruza la montaña herida hace un siglo por toneladas de dinamita usadas para abrir el camino del ferrocarril que unió la costa con la sierra.

          Sus serpenteantes caminos, sólidas rocas y sus empinadas montañas obligan al tren a realizar dos veces zigzag en la zona del monte Pistishi conocido también como Cóndor Puñuna o donde duerme el cóndor, aunque esas majestuosas aves ya no surcan esos aires tras la intervención del hombre. Basta alejarse un poco de la estación de Sibambe y sumar un poco de imaginación para apreciar en el monte de Pistishi la forma de una inmensa nariz que es el gran atractivo del tramo.

          El ferrocarril de Ecuador comenzó en el gobierno del conservador Gabriel García Montero en 1861 y lo terminó el liberal  Eloy Alfaro en 1908, en una campaña considerada audaz para la época y que resulta intrépida, incluso a ojos del siglo veintiuno. Hay una leyenda que cuenta que Alfaro hizo un pacto con el diablo para acabar la obra, que se saldó con la muerte de 4000 jamaiquinos en medio de las explosiones de dinamita, por enfermedades, por derrumbes y picaduras de serpientes... relató Jorge Eduardo Carrera, gerente general de Ferrocarriles del Ecuador, durante el año 2011.

          Pero para las más de 3000 personas de las comunidades cercanas, la ruta de la Nariz del Diablo no tiene nada de diabólico y, más bien, se ha convertido en un importante puntal de su economía.


Fuente: www.eluniverso.com
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