La envidia es un sentimiento o estado
mental en el cual existe dolor o desdicha
por no poseer uno mismo lo que tiene
el otro, sea en bienes, cualidades superiores
u otra clase de cosas tangibles e intangibles....
La Real Academia Española ha definido como tristeza o pesar del bien ajeno, o como deseo de algo que no se posee. Para el cristianismo es considerado un pecado capital, porque genera otros pecados. El término capital no se refiere a la magnitud del pecado, sino a que da origen a muchos otros pecados y rompe con el amor al prójimo que proclama Jesús.
Para Santo Tomás de Aquino, la envidia es "tristeza del bien de otro". Dante Alighieri en el poema de "El Purgatorio" define la envidia como "Amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos". El castigo para los envidiosos es el de cerrar sus ojos y coserlo con alambres de hierro, porque habían recibido placer al ver a otros caer.
En la Edad Media el famoso cazador de brujas, el cardenal Peter Beasbal le atribuyó a la envidia el demonio llamado Leviatán, un demonio marino y que era sólo controlado por Dios. La envidia en el psicoanálisis, asegura que daña la capacidad de gozar y de apreciar lo que posee uno mismo. Es el factor más importante del socavamiento de los sentimientos de amor, ternura o gratitud.
La envidia se da de a dos personas. La persona envidiosa es insaciable porque su envidia proviene de su interior y por eso nunca puede quedar satisfecha, ya siempre encontrará otro en quién centrarse.
Fuente: es.wikipedia.org
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