Los " tertiarii " , legionarios de elite
romanos, integraban la última
fila ( la tercera) y
solían definir la suerte de la batalla.
El dicho original, aún usado en España, es : La tercera va vencida. Donde vencida tiene el sentido de un éxito definitivo. Se remonta a la organización de las legiones romanas, que para el combate se distribuían en tres filas. En la primera iban los soldados novatos, provistos de armas livianas. Los seguían los soldados de mayor edad, más fogueados y con un equipo más pesado. La tercera línea estaba compuesta por la elite de la legión: los veteranos de valor y destreza probados. Estos últimos, por la posición que ocupaban eran llamados " tertiarii o terciarios. Cuando las dos primeras líneas no lograban decidir la suerte de la batalla, entraban en acción los tertiarii, quienes, por lo general, aseguraban la victoria.
La frase está también ligada a la idea de desempate, a la cual para decidir en muchos juegos se recurre a tres partidas. La última decide. Como en el truco: partido, revancha y el bueno. Donde el bueno es la vencida.
Fuente: Historias de las frases/ Revista Caras
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Cada fin de año o comienzo de otro,
hacemos un balance de lo mal que
nos ha ido en los doce meses que terminan,
y olvidamos lo mucho o poco bueno
que nos haya pasado.
¿ Por qué se nos ocurre someternos a estas torturas de comer a granel, brindar con amigos, parientes, vecinos, en lugar de festejar sobriamente ? ¿ Que obligación hay de señalar el 31 de Diciembre, como fecha para hacer inventario de calamidades? Misterio de la vida... Vivimos en un eterno sube y baja donde lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo son siempre relativos. Según el momento de nuestra vida, lo malo dejará huellas imperecederas o pasará como cada catástrofe ha pasado y será superado con gratitud por habernos despertado de la conciencia adormecida por una mediocre rutina.
¿ Tiene importancia, por ejemplo, saber cuántas arrugas nuevas hemos cosechado por llorar y reír en el año? ¿Cuántos kilos más o menos nos hacen mejores o peores? ¿Cuántas cosas que hacíamos hemos dejado de hacer para bien o para mal?
Dicen los que saben que planificar estrictamente nuestras vidas sin dejar nada librado al azar es la mejor manera de empobrecer nuestra existencia. Admiten esos locos, sin embargo, que tener un plan de vida, una conducta y unos principios no equivale a mediocridad alguna, sino a la búsqueda de una ética para vivir de acuerdo con nuestras ideas, en armonía con nosotros mismos.
Pero que eso no debe confundirse con la rigidez esquemática ni con la represión de nuestros buenos deseos; no hay que perder esa sensación inefable que el desafío, el vértigo que produce el cambio y la aventura arriesgada de optar que la razón nos ha concedido a los humanos. Y eso ocurre día a día, minuto a minuto, sin calendario, sin estaciones, sin bodas ni funerales que valgan. Sucede y punto.
Dividir el tiempo en días, semanas, meses y años es fantástico para las finanzas, la economía, las cuentas por rendir, los cheques que volaron de un año al otro, las hipotecas y los embargos. La vida, gracias al todopoderoso, es otra cosa.
¿ Ganas de que el tiempo no pase? ¿ Miedo a envejecer? Puede ser... Pero el año nuevo en mi cabeza, hasta marzo o abril, y puede ser que, como un ataque de locura súbita, en mayo sea capaz de gritar: ¡ Feliz Año Nuevo!
Fuente: Enrique Pinti/ La Argentina según Enrique Pinti, Revista La Nación ( suplemento)
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Lope de Vega, bautizado
el Fénix de los Ingenios,
no por renacer, sino por su
portentoso talento
La idea de volver a alzar vuelos después de una gran crisis suele ser alegóricamente expresada mediante la antiquísima leyenda egipcia del ave Fénix. Un pájaro fabuloso de brillante plumaje dorado y escarlata que emitía un canto muy melodioso y cuya vida se extendía -las versiones difieren- entre los cinco y los once siglos. Antes de morir, el Fénix -del que existía un único ejemplar- se preparaba un nido hecho con ramas de árboles raros y hierbas aromáticas al que se prendía fuego, y el ave se extinguía entre sus llamas.
Resucitaba muy pronto de las cenizas, intacta y rejuvenecida, para vivir otra vez por siglos. La creencia -que evoca la muerte diaria del sol y los oros y fuegos de un nuevo amanecer- dio lugar al dicho " renacer de las cenizas" y a su equivalente, menos empleado, "ser como el ave Fénix" . Una metáfora que condensa el destino de aquellos que, tras un fracaso que se creyó definitivo, retornan con el fervor y la fortuna que suponían para siempre incinerados. El nombre del ave también se aplica a quién, por sus cualidades, excede la comprensión humana.
Fuente: Historias de las frases/ Revista Caras
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" Todo es calma en derredor". Se trata del villancico más conocido y cantado en todo el mundo, cuyo origen se remonta al año 1818 en una pequeña aldea de Austria.
En el poblado de Oberndorf, en las cercanías de Salzburgo, se iba a celebrar como de costumbre a partir del momento en el que las campanas de la modesta iglesia del villoro llamaran a misa... pero el padre Joseph Mohr de 26 años de la iglesia de San Nicolás, estaba muy preocupado al descubrir que el órgano estaba seriamente dañado y por más que se presionara con toda la fuerza sobre los pedales lo que emitía era más bien un rezongo que melodiosos sonidos.
El padre Joseph era hijo ilegítimo de una modista y de un soldado, tenía cierto talento para la música. Su tenacidad y buen gusto para el canto hicieron que un clérigo lo interesara para ingresar al seminario y así fue que en 1815 Joseph Mohr era ordenado sacerdote y dos años más tarde se lo destinó a la iglesia de Oberndorf.
El joven sacerdote se encerró en su habitación y tomando su guitarra se propuso crear un villancico apropiado para ese instrumento. Para inspirarse pensó en una visita realizada hacía poco para bendecir el nacimiento de un bebé y su mente se remontó a otro humilde nacimiento. Esa vez en un pesebre de hace más de mil y más años.
Terminado el poema, fue en busca de otro amigo músico, Franz Xaver Gruber. Franz se sintió impactado por los versos que había escrito Mohr y de inmediato se sentó al piano. A partir de los tres acordes básicos del repertorio musical, compuso una melodía sencilla y evocadora. La llevó ya casi de noche al padre Mohr. No había tiempo para ensayar. Se decidió entonces que Mohr tocaría la guitarra y cantaría la canción, mientras que su amigo Gruber lo acompañaría con su voz de bajo... al final de cada estrofa el coro se les uniría para entonar el estribillo.
La fama del villancico fue creciendo cada vez más y así se llega a la primera publicación de la partitura como una canción tirolesa. Hoy todo ha sido debidamente comprobado y en Austria se han erigido monumentos a Mohr y Gruber por su magnífico legado de amor. Su villancico es cantado en los cinco continentes y ha sido traducido a todos los idiomas desde el alemán hasta el japonés, el suahilí y el afrikans como mensaje de Amor y Paz.
Noche de paz, noche de amor
todo es calma en derredor.
Entre los astros que expanden su luz
brilla anunciando al Niño Jesús
brilla la estrella de paz.
Noche de unión, noche de paz
Jesús nace en un portal.
Llene la tierra la paz del Señor.
Llene las almas la gracia de Dios
porque nació el Redentor. (bis)
Noche de paz, noche de amor,
todo canta en derredor.
Clara se escucha la voz celestial
llamando al hombre al pobre portal
Dios nos ofrece su amor. (bis)
Fuente: María Inés Bonorino / Diario Popular
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Las tradicionales comidas y golosinas
que se consumen en las fiestas navideñas,
han sido tomadas siempre como algo ya
consustanciado con la vigilia de la noche
más Buena del Año
El hecho parte de que cualquier combinación alimenticia que se base en compuestos de almidones y de proteínas, por supuesto con sus correspondiente carga de vitaminas y calorías, es también algo espiritual, esencialmente espiritual, y los alimentos típicos de estas fiestas responden a estas necesidades: desde el tradicional pavo relleno de España sin olvidar los patos o gansos de la zona nórdica europea, y por supuesto, sin dejar de tener presente el clásico pan dulce.
La tradición argentina en Navidad, proviene de la gran inmigración ítalo-ibérica que se afincó en tierras del plata. Así se tiene el predominio de los turrones, los mazapanes y los panes dulces o panettones. No sería posible imaginar la Navidad sin el tradicional pan dulce que nuestros eximios reposteros calificaron de dos modos importantes: el clásico milanés o el típico genovés-que
para los tradicionales italianos no es más que el viejo longobardo panettone.
El cristianismo - y antes que él su inmediato antecesor, el judaísmo- sublimó el pan... No sólo el " pan nuestro de cada día", sino el pan partido en la última cena y dado por mismo Cristo a cada uno de sus discípulos... Es ese pan que con el correr del tiempo se transformaría en la hostia sagrada... Pero también está el pan ázimo de los semitas: así una vez más y de un modo laico, existe una otra sustanciación del pan.
Fuente: M. I. Bonorino/ Diario Popular
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La tradición hace que ciertas
cosas no falten en la mesa de Navidad,
entre ellas, una de las más populares
es el Pan Dulce.
Para los de origen español el pan dulce con muchas pasas y adornos de mazapán fue imponiéndose con el correr de los años. De origen italiano el panettone, que ser el estilo milanés o genovés, con muchas frutas secas en su interior, era preparado con varios meses de anticipación para tenerlo listo para las fiestas navideñas en pleno invierno europeo. Para los de origen nórdico le llaman budín de Navidad. En todos los casos se trata de una torta dulce hecha con masa con levadura, muy apetitoso, hecho especialmente para la fiesta como un modo de agradecer a Dios por los beneficios recibidos y a recibir dada su magnánima voluntad.
Fuente: María Inés Bonorino. / Diario Popular
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