La pena de muerte también denominada
pena capital o ejecución, consiste en
provocar la muerte a un condenado por
parte del Estado, como castigo por la
comisión de un delito establecido en la
legislación...
A lo largo de su historia la pena de muerte ha sido usada por prácticamente todas las naciones del globo, pero a lo largo de las últimas décadas, muchos Estados la han prohibido. Amnistía Internacional clasifica los países en cuatro categorías. Sesenta aún mantienen y aplican la pena de muerte en su legislación.
Noventa y uno la han abolido completamente. Once la mantienen para crímenes cometidos en circunstancias excepcionales como, por ejemplo, crímenes cometidos en tiempo de guerra. Treinta y cinco mantienen leyes que permiten la aplicación de la pena de muerte para crímenes ordinarios, pero han permitido que la pena de muerte no se use durante por lo menos 10 años.
Vale la pena notar que a veces los Estados practican la ejecución extrajudicial de forma esporádica o sistemática, fuera de sus propias estructuras legales. Esta lista incluye varios Estados no reconocidos que tienen el control de hecho sobre su territorio.
De los 54 Estados soberanos de África, 21 han abolido la pena de muerte por completo. En América del Norte, Centroamérica y el Caribe de los 23 Estados soberanos, 8 han abolido la pena de muerte por completo. En América del Sur, de los 12 Estados soberanos, también 8 han abolido la pena de muerte por completo.
La pena de muerte es la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante y aún así se siguen dictando condenas a muerte y se sigue empleando. La mayor parte de las relaciones tienen una posición ambigua en la moralidad de la pena capital. Las religiones suelen basarse en miembro para el que lee, un cuerpo de enseñanzas y escrituras que pueden ser interpretada tanto a favor como en contra de la pena de muerte.
Algunas como el judaísmo y catolicismo, enseñan que, mientras la pena de muerte está permitida en ciertas circunstancias, debería ser abolida en el mundo moderno. En el pasado, algunas religiones sentenciaban a personas a muerte, tanto por convertirse a su religión, por ejemplo las brujas que se convertían al cristianismo. Otras apuntaban en la dirección escrita en el Corán: No hay compulsión en la religión.
La relación entre la religión y la pena de muerte se ha complicado ya que muchos seguidores religiosos no están de acuerdo con la creencia oficial en el tema. En Estados Unidos, el Congreso debate sobre las creencias religiosas y la primera enmienda de su Constitución que condena la ejecución de miembro para el que lee. El Papa Francisco asegura que la pena de muerte es una violación a la dignidad de la persona.
Fuente: es.wikipedia.org
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miércoles, 25 de septiembre de 2019
miércoles, 18 de septiembre de 2019
RESONANCIA EMOCIONAL, GESTIONAR LO QUE SENTIMOS CON MADUREZ
La inteligencia emocional es un
músculo que hemos de aprender
a ejercitar.
Resulta vital en el vínculo con
nosotros mismos y los demás
comenzar a entrenarnos en este
valioso hábito...
Ser inteligentes emocionales es contar con nuestra capacidad consciente de gestionar lo que sentimos con madurez, en lugar de caer en el arrebato de someternos a nuestros primitivos impulsos inconscientes. Cuando ignoramos y desatendemos lo que no es visto se presenta "como destino". Si ignoramos que nos rechazamos resonaremos con personas que nos recuerden ese destrato.
Así, la agresión del otro habla más de cada uno de nosotros que del otro. La pantalla del mundo es un espejo en donde nos reflejamos. Si en lugar de indignarnos con lo que nos pasa, comenzamos a indagar nuestra interioridad, comprenderemos que no somos ajenos a los resultados que obtenemos.
La ley de resonancia afirma que de acuerdo a nuestra vibración atraemos acontecimientos acordes a nuestras verdaderas emociones. Viene bien aclarar que la famosa "ley de atracción" no responde a nuestros anhelos y deseos sino a lo que estamos siendo y sintiendo" momento a momento.
Más que sentarnos a desear fuerte e imaginar escenarios, lo sensato es abordar nuestro mundo emocional y alinear nuestro sentir con nuestro porvenir. Así por ejemplo, podemos desear conseguir un buen trabajo, pero si no confiamos en nuestros recursos y nuestro potencial, resonaremos con aquellos empleos acordes a la confianza que nos tenemos.
Del mismo modo respecto a una pareja, cuando el patrón de elección "se repite" no es mera casualidad. Se trata de una sincronicidad que nos invita a trabajar lo que nos negamos a reconocer. Por eso no es lo mismo "una experiencia" que una secuencia de vivencias en donde cambiamos el actor, pero mantenemos el guión.
Si nos enojamos con el afuera y ponemos el problema en los demás nos perdemos la oportunidad de auto-indagar en nosotros mismos. El mundo externo no es más que un reflejo de nuestro intricado mundo interno. Hallar la punta del ovillo y empezar a hilvanar "nos lleva a un lugar de verdadera madurez emocional.
Fuente: corinavaldano.com
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músculo que hemos de aprender
a ejercitar.
Resulta vital en el vínculo con
nosotros mismos y los demás
comenzar a entrenarnos en este
valioso hábito...
Ser inteligentes emocionales es contar con nuestra capacidad consciente de gestionar lo que sentimos con madurez, en lugar de caer en el arrebato de someternos a nuestros primitivos impulsos inconscientes. Cuando ignoramos y desatendemos lo que no es visto se presenta "como destino". Si ignoramos que nos rechazamos resonaremos con personas que nos recuerden ese destrato.
Así, la agresión del otro habla más de cada uno de nosotros que del otro. La pantalla del mundo es un espejo en donde nos reflejamos. Si en lugar de indignarnos con lo que nos pasa, comenzamos a indagar nuestra interioridad, comprenderemos que no somos ajenos a los resultados que obtenemos.
La ley de resonancia afirma que de acuerdo a nuestra vibración atraemos acontecimientos acordes a nuestras verdaderas emociones. Viene bien aclarar que la famosa "ley de atracción" no responde a nuestros anhelos y deseos sino a lo que estamos siendo y sintiendo" momento a momento.
Más que sentarnos a desear fuerte e imaginar escenarios, lo sensato es abordar nuestro mundo emocional y alinear nuestro sentir con nuestro porvenir. Así por ejemplo, podemos desear conseguir un buen trabajo, pero si no confiamos en nuestros recursos y nuestro potencial, resonaremos con aquellos empleos acordes a la confianza que nos tenemos.
Del mismo modo respecto a una pareja, cuando el patrón de elección "se repite" no es mera casualidad. Se trata de una sincronicidad que nos invita a trabajar lo que nos negamos a reconocer. Por eso no es lo mismo "una experiencia" que una secuencia de vivencias en donde cambiamos el actor, pero mantenemos el guión.
Si nos enojamos con el afuera y ponemos el problema en los demás nos perdemos la oportunidad de auto-indagar en nosotros mismos. El mundo externo no es más que un reflejo de nuestro intricado mundo interno. Hallar la punta del ovillo y empezar a hilvanar "nos lleva a un lugar de verdadera madurez emocional.
Fuente: corinavaldano.com
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